La alimentación en los adolescentes

La adolescencia es un periodo bastante crítico en el que se acaba la niñez y comienza la edad adulta. En este periodo existen una serie de cambios como la maduración del eje hipotálamo-hipófisis-gónadas, cambios en el aspecto físico e incluso en su vida social, y todos ellos van a influir en la relación del adolescente con la alimentación.

En los últimos años nos encontramos con que los adolescentes tienen una vida mucho más sedentaria de la que deberían debido a los videojuegos, ordenadores… Además en esta época tienen una gran influencia de los medios de comunicación, la televisión, sus amigos… Esta influencia hace que muchas veces el adolescente busque una imagen marcada por los medios de comunicación y no acepte su imagen real. Por todo esto, es una etapa en la que se debe vigilar especialmente su alimentación tanto como en los primeros años de vida ya que van a surgir nuevos requerimientos debido a los cambios físicos y, aparte, se deben vigilar casi con la misma importancia los trastornos de la percepción de la imagen tales como anorexia, bulimia…

Además, en esta etapa se cometen muchos errores como no hacer un desayuno adecuado, comer muchos snacks, comienzo en el consumo de alcohol….

También encontramos adolescentes que sí practican deporte e incluso a nivel competitivo, por lo cual deberían tener una ingesta alimentaria acorde con el gasto que están teniendo.

En esta etapa de tantos cambios se produce un rápido crecimiento de nuestras estructuras corporales y órganos así que van a cambiar nuestros requerimientos de energía, nitrógeno, hierro y calcio así como de algunas vitaminas como la tiamina, riboflavina, vitamina D y niacina.

Deberíamos asegurarnos de que los adolescentes conocen cómo y por qué deben alimentarse bien y los riesgos que corren cuando modifican, con criterio meramente personal, las pautas y hábitos alimentarios. También deben conocer cómo les puede influir para toda la vida, e incluso en la prevención de enfermedades crónicas, el tener y mantener unos buenos hábitos alimentarios. Por eso la adolescencia es un momento ideal para iniciar o seguir con la educación nutricional de la persona y la familia puede y debe ejercer una influencia favorable.